Piel renovada y luminosa.
Para mantener un cutis luminoso y uniforme es conveniente ayudar a la renovación de la piel mediante una pequeña exfoliación. Con ella se eliminan las células muertas, se activa la micro-circulación y se potencia la regeneración celular. De este modo la piel se oxigena mejor y la notaremos más lustrosa, suave y permeable, lo cual facilitará que los principios activos penetren mejor.
Para esta receta he usado semillas de rosa mosqueta y de hueso de oliva en grano muy fino, lo suficiente para realizar una buena exfoliación sin agredir la delicada piel de nuestro rostro.
Contiene hidrolato de jara por ser purificante y calmante de pieles sensibles, manteca de karité y aceite virgen de aguacate, conocidos por sus virtudes regenerantes, protectoras y suavizantes. Finalmente he elegido unas gotas de aceite esencial de manzanilla romana por ser suavizante y calmante y de bergamota, que además de ser purificante y cicatrizante, sus notas cítricas le aportan una reconfortante sensación de frescor y bienestar.
Es muy recomendable hacerlo una vez por semana para mantener siempre una piel bonita, además el ritual es bastante sencillo: Consiste en aplicar una pequeña cantidad de esta emulsión con la piel húmeda y masajear suavemente el rostro, cuello y escote evitando las zonas sensibles; aclarar bien y aplicar un serum o una hidratante o incluso aplicar una mascarilla de arcilla, ya que la piel está preparada para absorber perfectamente los activos de esta. Los resultados son inmediatos. Luz y suavidad.