Inspirado en el milenario jabón de Alepo.
Con una curación de nueve meses, este jabón beneficia a todas las pieles por las espectaculares e innumerables propiedades de los dos aceites que lo componen: aceite de oliva virgen extra y aceite virgen de 1ª extracción de bayas de laurel.
Gracias a su alto porcentaje (25%) en aceite de bayas de laurel, este jabón está muy indicado para facilitar la cicatrización y para los problemas de la piel (eccema, psoriasis, caspa, irritaciones, acné, etc.). Tiene además propiedades antinflamatorias y desinfectantes, es hidratante y calma la piel sensible.
Sus ingredientes son pocos pero fantásticos: dos aceites vegetales maravillosos para el cuidado de la piel, agua destilada, hidróxido de sodio y vitamina E. Si le añadimos un poco de paciencia hasta su curado, se obtiene un precioso jabón de color verde que desprende un olor característico dulce y picante derivado del aceite de laurel además del clásico olor a jabón antiguo. Brinda una suave y delicada espuma y su uso constante le aportará suavidad, ternura y salud a nuestra piel.